Tratado de Libre COMER

10  de febrero al 15 de marzo 2024 - Alejandra Lomar revisita el sexenio de Carlos Salinasde Gortari y sus promesas de modernidad desde la subjetividad de su historiapersonal y familiar con la alimentación. Partiendo de la experiencia sensorialdel gusto Alejandra disecciona los elementos que rodean estos recuerdos, lavisualidad de los empaques, su forma de comerlos o la manera en la que accedíaa ellos, rastrear este pasado le permite mirar críticamente lasrepresentaciones ideológicas del presente...

Extracto del texto realizado por Wendy Cabrera Rubio.

TRATADO DE LIBRE COMER

Texto curatorial por Wendy Cabrera Rubio

Alejandra Lomar revisita el sexenio de Carlos Salinasde Gortari y sus promesas de modernidad desde la subjetividad de su historiapersonal y familiar con la alimentación. Partiendo de la experiencia sensorialdel gusto Alejandra disecciona los elementos que rodean estos recuerdos, lavisualidad de los empaques, su forma de comerlos o la manera en la que accedíaa ellos, rastrear este pasado le permite mirar críticamente lasrepresentaciones ideológicas del presente.

Alejandra nace con los nuevos pesos y un estado debienestar resquebrajado pero con la posibilidad de ir a un Mc Donald ́s, la“modernidad” neoliberal le permite el acceso casi ilimitado a franquicias yempresas multinacionales, siempre y cuando pueda pagar por ello. Sin embargoesto no fue siempre así, sus familiares mayores le cuentan de otros tiemposdonde comprar una barra de chocolate hershey's era todo una proeza.

En su exposición individual Alejandra  nos muestra sin tapujos su consumo de comidaprocesada, alimentos asociados a clases sociales bajas. Esta costumbre deestratificar socialmente por el consumo tiene sus antecedentes desde la llegadadel proyecto colonial. La historia de la conquista es también la historia de unproceso de de suplantación gastronómica, en donde (al igual que ahora) imperabala importación de productos extranjeros para que las clases altas (blancas y deascendencia europea)  intentaran a todacosta reproducir gustos, prácticas y sabores del Viejo Continente en el NuevoMundo.

Siguiendo la tradición del bodegón donde la comidaretratada devela tanto posición social como momento histórico, Alejandra nosdeleita con un montaje textil de comida chatarra enmarcado por la figurafantasmal de Salinas de Gortari. En esta suerte del altar lleno de marcasEstadounidenses la artista también incluye uno de los monopolios nacionales por excelencia: grupo Bimbo, empresaque distribuye panes y galletas a toda la republica mexicana con tantaeficiencia que enorgullecería a los españoles del siglo XVII y sus arduosintentos por reemplazar el cultivo de maíz por trigo.

En la muestra también podemos encontrar una enormeréplica de una bolsa de leche liconsa (subsidiaria del gobierno encargada delabasto de leche a clases populares), así como una obra gráfica que hace alusióna uno de los desastres radiactivos más importantes en la república Mexicana.

La leche desde mediados del siglo XX en México eracentral en los proyectos estatales para el mejoramiento de la dieta, perotambién tenía un valor simbólico al ser un alimento civilizatorio que seidentificaba con las naciones avanzadas del norte global, es decir Inglaterra,Francia y EEUU dando como resultado que el Estado y la industria promovieran suconsumo  identificandola con la salud yla clase media mestiza.

Sin embargo fueron estos procesos de industrializaciónlos que incentivaron la precarización del campo mexicano especialmente lospequeños productores, muchos de ellos severamente afectados por la desapariciónde la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO)  que aceleró el despojo de tierrasfavoreciendo a grandes productores. Otro de los efectos de la privatización dela tierra fue el difícil acceso a dietas más tradicionales basadas en la milpaconvirtiéndolas en un consumo de lujo y un fetiche para clases privilegiadas.Esta situación afectó a un sinnúmero de familias mexicanas incluyendo la deAlejandra, a la mía y muy probablemente a la de los lectores de este texto.

El ejercicio que realiza la artista de interpretar sumemoria personal-familiar es un desafío político que pone en tensión lasnarrativas oficiales e individualistas. El inscribir la singularidad de laexperiencia vivida en un contexto histórico global permite esclarecer lascausas, las condiciones, las estructuras, la dinámica del conjunto.  La artista nos recuerda que revisar la manera de cómo miramos el pasado nos brindaherramientas para poder enfrentarnos a nuestro presente y crear otros futuros.

Alejandra Lomar (Oaxaca, 2002).

Artista visual y grabadora, ha realizado suformación gráfica en diversos talleres de Oaxaca y el país, así como en elInstituto de Artes Gráficas de Oaxaca y el Centro de las Artes de San Agustín.Su obra ha sido expuesta de forma colectiva en el Museo de los PintoresOaxaqueños, el I.A.G.O y en diversas galerías de la ciudad de Oaxaca.  En2022 fue ganadora del III Concurso Nacional de Miniprint Oaxaca. Actualmente se encuentra cursando la Licenciatura en Artes Plásticas y Visualesen la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

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